Dulces Párrafos AFTER


-¿Sabe el señor Perfecto que estás en una fiesta otra vez?
-¿El señor Perfecto? -lo miro de nuevo. No lo entiendo.
-Tu novio. Menudo pringado.
-No hables así de él. Él es... es... majo -tartamudeo. Hardin se ríe, y yo me levanto. No conoce a Noah en absoluto-. Ya quisieras tú ser tan majo como él -le espeto con aspereza.
-¿Majo? ¿Es ésa la primera palabra que te viene a la cabeza al hablar de tu novio? Majo es el eufemismo que utilizas para no llamarlo aburrido.


-Y ¿ahora qué? ¿Vas a evitarme durante otra semana? Ambos sabemos que, para cuando llegue el fin de semana que viene, volverás a estar en mi cama -me suelta.
No puede haber dicho eso.
-¡¿Perdona?! -grito.


[Tessa y Molly]
-¡No debería estar aquí! No soy tan aficionada como tú a emborracharme y a restregarme con todo lo que se menea.
-¿Perdona? -replica ella.
-Ya me has oído.
-¿A ti qué te pasa? ¿Te cabrea que haya besado a Hardin? Porque, verás, bonita, yo beso a Hardin cuando me da la gana -presume.


-¿Por qué me quieres?... ¿Cómo es posible que me quieras? -Se le quiebra la voz y me mira fijamente.
Siento que las palabras que pronuncie a continuación sellarán mi destino.
-¿Cómo es posible que no sepas que te quiero? -pregunto en vez de responderle.


Ahora veo que el amor te empuja a hacer lo que nunca harías, te puede volver obsesiva e incluso un poco loca. 


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