No sé cómo conseguí que mis palabras salieran de entre mis labios temblorosos.
- Siento llamarte tan tarde, pero esto no podía esperar... No puedo cenar contigo el miércoles.
- Son casi las cuatro de la mañana, Abby. ¿Qué pasa?
- En realidad, no puedo salir más contigo.
- Abs...
- Estoy... bastante segura de estar enamorada de Travis -dije, preparándome para su reacción.
Después de un momento de silencio, me colgó.
Cuando se dio cuenta de que estaba mirándole fijamente a los labios, volvió a levantar una de las esquinas de la boca, y se inclinó para apretar su suave boca contra la mía. Empezó de forma dulce e inocente, pero, en cuanto separó los labios, acaricié su lengua con la mía. De inmediato, su cuerpo se tensó y empezó a respirar hondo por la nariz, apretando su cuerpo contra mí. Dejé caer la rodilla a un lado y él se puso encima de mí, sin apartar en ningún momento su boca de la mía.
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