Dulces Párrafos FINALE


-Mi novia quiere salir con otro tío, pero tengo que estar tranquilo.
-Es solo para guardar las apariencias. Míralo por el lado bueno...
Patch se echó a reír, pero la tensión se palpaba en el ambiente.
-¿Es que hay un lado bueno?


Con solo pensar en la guerra, mi estómago se convirtió en un manojo de nervios; pero no quería que Dante me viera asustada: ya me consideraba incapaz de valerme por mí misma.
-Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Eres mi pseudo-novio o mi entrenador personal?
Esbozó una sonrisa y concluyó:
-Ambas cosas.


-Dispongo de un par de horas libres -le dije camino del coche. Lo había aparcado delante del edificio de al lado-. En el parque de Lookout Hill, detrás del tiovivo, hay un establo solitario muy discreto. Podría estar allí en quince minutos.
Oí la sonrisa en su voz.
-Me vas a volver loco.
-Necesito un chute de endorfinas.
-¿Y darte un revolcón conmigo en un establo abandonado te va a proporcionar uno?


Y, de pronto, sin saber cómo, Dante me tenía acorralada contra un árbol y me colocaba delicadamente detrás de la oreja un mechón de pelo que me había caído sobre la cara. Me cogió de la barbilla y la levantó ligeramente para mirarme a los ojos: no podría haber huido de su mirada penetrante aunque hubiera querido.


-Ya sé que no puedo sentir tu tacto, pero siento tu amor, Nora. En mi interior. Y para mí eso lo es todo. Aunque me encantaría poder sentirte tal como tú me sientes a mí, tengo tu amor, y no hay nada más importante que eso. Hay gente que pasa toda la vida sin sentir lo que tú me has dado. No tengo nada de lo que lamentarme.


-Te has vestido para impresionar -le dije con aprobación.
-No, Ángel. -Se inclinó hacia mí y, rozándome ligeramente la oreja con los dientes, añadió-: Me desvestiré para impresionar.


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