[Noah]
-Lo siento -le había dicho más veces aquella frase que en los últimos dos años y medio-. Lo de tu hermano.
-Gracias -contestó ella con la voz apagada.
-No mejora -dije yo-. El dolor. Las heridas cicatrizan y no siempre sientes que te está atravesando un cuchillo. Pero, cuando menos lo esperas, el dolor reaparece para recordarte que nunca serás el mismo.
-Lo siento -le había dicho más veces aquella frase que en los últimos dos años y medio-. Lo de tu hermano.
-Gracias -contestó ella con la voz apagada.
-No mejora -dije yo-. El dolor. Las heridas cicatrizan y no siempre sientes que te está atravesando un cuchillo. Pero, cuando menos lo esperas, el dolor reaparece para recordarte que nunca serás el mismo.
-Creí que no te gustaban los bailes.
Noah me pegó tanto a él que podía ver el color chocolate de sus ojos.
-No me gustan. Y esta tarde no tenía intención de venir. Pero este baile parecía muy importante para ti. Y tú eres importante para mí -dejó de balancearse de un lado a otro y apartó la mirada. El corazón me latía con tanta fuerza que él tenía que oírlo, si no sentirlo contra su pecho.
Noah me pegó tanto a él que podía ver el color chocolate de sus ojos.
-No me gustan. Y esta tarde no tenía intención de venir. Pero este baile parecía muy importante para ti. Y tú eres importante para mí -dejó de balancearse de un lado a otro y apartó la mirada. El corazón me latía con tanta fuerza que él tenía que oírlo, si no sentirlo contra su pecho.
-¿Qué significa esto para nosotros?
Yo agaché la cabeza y apoyé la frente en la suya.
-Significa que eres mía.
Yo agaché la cabeza y apoyé la frente en la suya.
-Significa que eres mía.
[Echo]
Se cambió de posición hasta quedar tumbado a mi lado, rodeándome con una pierna y con un brazo. Yo me sentía pequeña bajo su calor y su fuerza.
-Estar contigo me hace sentir bien. Tocarte -dijo mientras me ponía el pelo detrás de la oreja- me hace sentir bien. Nunca he deseado a nadie como te deseo a ti. No hay nada que puedas hacer mal, porque solo con respirar ya estás haciéndolo bien.
Se cambió de posición hasta quedar tumbado a mi lado, rodeándome con una pierna y con un brazo. Yo me sentía pequeña bajo su calor y su fuerza.
-Estar contigo me hace sentir bien. Tocarte -dijo mientras me ponía el pelo detrás de la oreja- me hace sentir bien. Nunca he deseado a nadie como te deseo a ti. No hay nada que puedas hacer mal, porque solo con respirar ya estás haciéndolo bien.
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